Título: 50 Sombras más oscuras
Título Original: Fifty Shades darker
Autora: E.L. James
Editorial: Grijalbo
Páginas: 592
Precio: 17,90€
SINOPSIS:
Intimidada por las peculiares prácticas eróticas y los oscuros secretos del
atractivo y atormentado empresario Christian Grey, la joven Anastasia Steele
decide romper con él y embarcarse en una nueva carrera profesional en una
editorial de Seattle. Pero el deseo por Christian todavía domina cada uno de
sus pensamientos y, cuando finalmente él le propone retomar su aventura, Ana no
puede resistirse. Al reanudar su tórrida y sensual relación, averiguará aún más
del terrible y doloroso pasado del impetuoso y exigente Cincuenta Sombras, como
ella le llama. Mientras Christian lucha contra sus propios demonios, Ana debe
enfrentarse a la ira y a la envidia de las mujeres que la precedieron y tomar
la decisión más importante de su vida.
E.L. James vuelve
a la carga con 50 sombras más oscuroas, la secuela de 50 sombras de Grey.
Cuando terminé la primera entrega tenía muchas expectativas con esta segunda
parte, pero mis amigas me aconsejaron que no esperase mucho. ¡Qué razón tenían!
El
comienzo de la novela es muy apocalíptico. Ana está muy deprimida, no come, no
quiere hablar de casi nada… Bla, bla, bla. Con toda esa descripción tan natural
uno piensa que han pasado meses desde la ruptura… ¡Y SOLO PASAN TRES DÍAS! Esto me mató sobre manera. Con este comienzo, ya
tenía claro que la novela no iba a ser muy buena.
Como
es normal, Ana vuelve con Christian, sino ¿de qué una segunda novela si no
aparece Christian Grey? La relación entre ambos se vuelve muy sosa, la verdad.
Christian también lo ha pasado mal durante esos tres, y recalco TRES, días sin
Ana, por lo que decide tener una relación vainilla, es decir, una relación en
la que el sexo es normal.
Y
es aquí cuando el lector piensa: ¿50 SOMBRAS SIN QUE HAYA SADOMASO? Sí,
queridos y queridas. 50 sombras ha quedado en nada. Como es normal, la autora
ha metido ciertos momentos en los que sí aparece el sadomaso, pero no se le
puede denominar como tal porque es muy flojo.
Lo
que interesa de este libro es la tercera en discordia Elena Robinson, la mujer
que introdujo a Christian en el mundo del sadomasoquismo. Esta mujer no me
produjo buenas vibraciones desde el principio, y a medida que avanza la novela,
vi que tenía razones para no aguantarla. Lógicamente, Ana se siente un poco
celosa de la relación de Christian con esta mujer, pero queda en un segundo
plano hasta el final de la trama.
Otra
línea argumental que entra en juego son las sumisas que ha tenido el Señor Grey. En concreto, entra la sumisa que hubo antes de Ana: Layla. Con la
aparición de esta chica, el lector se puede percatar de que Christian tiene
unas preferencias en las mujeres, pues Ana y Layla tienes ciertos rasgos
parecidos. Pero lo más importante es la manera en que entra este personaje, que
está mentalmente inestable porque no puede vivir sin Christian e intenta volver
con él de maneras bastante peligrosas.
También
aparece un personaje muy importante: Jack. Jack es el dueño de la editorial en
la que Ana comienza a trabajar. Este personaje es un claro ejemplo de ‘no todo
es lo que parece ser’. No quiero hacer ningún spoiler pero a mitad de la trama
se puede ver cómo es realmente este personaje y la importancia que tendrá en la
siguiente entrega.
Dejando
de lado los personajes, la estructura de trama es simple y aburrida porque no
hay momentos que te atrapen a la lectura, excepto las múltiples escenas
eróticas, que cuando lees las tres primeras sobra porque todas son las mismas
pero en diferentes escenarios… Nada reseñable.
Como
en 50
sombras de Grey, E.L. James
vuelve a tener problemas en cuanto al estilo de escritura. No comprendo que
hacen los editores permitiendo que tenga ciertos fallos que son muy visibles.
Lo
único destacable de esta segunda entrega es el final, tal y como pasó en la
primera, que es lo que consigue que el lector quiera leer la tercera y última
entrega. Como cierre, pasan ciertas cosas en muy poco tiempo. El asunto entre
Ana y la Señora Robinson entra en juego (¡y de qué manera!). Grace, la madre de
Christian, también entra en juego en esta escena. Podría decirse que este
momento fue el mejor de la novela. Pero la más importante es la que protagoniza
Jack, lo que hace que el lector comience a crear sus teorías sobre este
personaje y lo que hará en 50 Sombras liberadas.
Como
podéis ver, la reseña es bastante corta porque no he visto cosas reseñables de
la novela que me pareciesen importantes. Comparada con la anterior entrega, me
parece un tanto floja pero al menos conocemos ciertos aspectos del pasado de
Christian. E.L. James presenta nuevos
personajes que hacen que la trama avance a pesar de que no sabe darlo todo para
crear una buena novela. Ana y Christian siguen siendo las estrellas y es lo
único que hace al lector querer leer esta novela.




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